martes, 26 de junio de 2007

Belén

Belén, Israel. 19 de mayo de 2007.
Llamado allá Bethlehem. Su visita da inicio contratando un taxi que te acerque al “check point”. Esta población está bajo la autoridad palestina y su entrada se presenta como una frontera. Los turistas no encuentran problemas pero para los palestinos es motivo de dolores de cabeza. Una vez dentro hay que lidiar con los taxistas que en su afán de arrancarte unos dólares ofrecen recorridos guiados por ellos. Uno de ellos me llevó a regañadientes al centro pues solamente acepté ese servicio. La discusión fue larga y sus intentos de llevarme a donde le daba la gana provocaron que casi tuviera que escapar del taxi. La pobreza explica estos fenómenos pero no justifica los abusos y los engaños.
La iglesia de la Natividad que custodia el lugar donde se dice que Jesús nació es de lo más interesante. Muestra en su fábrica la sedimentación, acumulación y asimilación de siglos de cambios. La puerta principal, en su origen bastante grande, es reducida a un hueco por el que sólo es posible pasar de uno en uno. El interior, muy vacío de ornamentación en la nave de la entrada, espera a peregrinos y turistas menos piadosos. Llegar temprano se demostró como buena decisión, pues estaba casi vacío, luego de los servicios que habían oficiado los guardianes del templo. Así pues bajamos un reducido primer grupo de visitantes al sagrado lugar. Recorrí las grutas que recorren la parte inferior de la iglesia y comunican con la iglesia franciscana. Luego llegaron cientos de personas más. Venían de todas partes del mundo y cantaban y rezaban en todas las lenguas. Se escuchaba por ejemplo el “Noche de paz” en japonés.
Lugares visitados fueron el convento de Santa Catarina, la mezquita de Umar, el bazar, la iglesia de la Gruta de la Leche y el pozo del Rey David, entre otros. El regreso al “check point” fue a pie bajo en candente sol del desierto, pues me rehusé a que un taxista me timara una vez mas. Al irme veía el muro que ha ido construyendo el estado de Israel y que evidencia lo conflictivo de esa región saturada de contradictorias y entrelazadas sacralidades.

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